Tiempo y nada más

¿Qué tal si nos refugiamos en el tiempo?
Si dejamos que avance como él quiera.
Que nos lleve en sus horas mientras tú y yo andamos,
a manita sudada, con muchos 'te quiero'.

Sueña vivo. Sombras y figuras iluminadas por la perdida imaginación de un audaz segundo.

No nos encontramos, demasiados pasajes de antiguas glorias. Pero ahí estamos, perdidos en las dudas de tiempos lejanos, entre el cielo y las horas.

Canaleta: Palabras que vuelan

“Lo siento a usted hasta en los huesos. Su silencio me grita en las orejas. Puede coerse la boca, puede cortarse la lengua, ¿eso le impediría existir? ¿Detendrá su pensamiento? Lo oigo, hace tic tac, como un despertador y sé que usted oye el mío”

(Inés) A puerta cerrada. Jean Paul Sartre.

La noche es el gran pretexto de la vida para poder empezar de nuevo al día siguiente.

En la imprudencia

Mis pensamientos son tan inestables como una balsa perdida en el pacífico. Siguen un ritmo, una frecuencia específica y poseen un sonido tan peculiar que no se puede describir ni con la ayuda de cien diccionarios. Su presencia es inminente. Vagando entre las olas y asoleándose hacia el cielo y las gaviotas. Sería prudente desearles un rumbo más específico, buscar la congruencia y perfecta planificación de cada detalle de la mente. Pero he podido notar, en casi todas las experiencias vitales, que dicha prudencia, aunque estructurada y congruente, carece de elocuencia y pasión desenfrenada. Se puede pensar lógicamente y con la ayuda de una metodología tan sutil que serene los cansados procesos mentales, hallando tranquilidad y sosiego. Por otro lado, se puede vivir en el riesgo, agitado y hundido en estímulos tan irreales para la concepción racional como para los mismos sentidos. Esta segunda opción no es quizás la que mayor estabilidad ofrezca a una desbalanceada existencia, y quizás no sea la que mayor felicidad otorgue al infeliz. Pero dentro de todos los riesgos que en ella caben, es la que más engrandece tu imaginación, ensalza tu realidad y te sumerge en los profundos mundos que siempre has desconocido.

Las tormentas de un vacío

Me deshabito en las bruscas tormentas que yo mismo he creado. Sin tantear el tiempo, despierto de la pesadilla que nubla la realidad que había creado, la distorsiona y la exprime hasta dejarla hueca, sin nada. Entre cortadas respiraciones me imagino la sombra de un ser oscuro, una inexistencia imposible de vacíos. Sin sentido, como ahora creo todo, vago en un porvenir dudoso, fragmentado. No veo ya más que lo intangible del mundo perverso, aquel que creé tan solo para mí, para hundirme eternamente y jamás salir de ahí.

En el camino donde espero deshabitarme, adentrarme en los profundos mares de la incomprensión y la duda.

Por aquellos recuerdos

Hay instantes en los que cierro los ojos e intento sumergirme en aquella luz tan nítida en mi interior. Me pierdo, recorro las sensaciones primarias de un momento de vida, de aire. Me gustaría poder recordar con precisión todo aquello que llegué a ver y sentir. Pero nunca pude, jamás podré. Me perdí y no pude salir. No sufría, de hecho disfrutaba, pero ya no había nada más, jamás podría salir de ahí, de aquel interior de nítida luz y aire fresco, que disfrutaba y respiraba pero ya no era más que una cárcel más creada por los recuerdos que nunca tuve y desearía poseer.

Temo que siempre me he visto sujeto a aquel universo que desconozco.

Muerto

Ya no puedo salir,
estoy estancado entre tu mirada y el instante.
Se ha resbalado todo,
desde entonces y desde ahora, que ya es de noche.

Solo el cielo es infinito.
Por lo menos ahora que me sé solo y muerto.
Ya no existo,
sí en cuerpo, en lengua y verbo, ya no en el resto.

Se ha apagado todo,
el brillo y lo fresco de todo lo cierto.
Me sé muerto,
condenado a reconocerlo.

Me siento muerto,
todavía en tu realidad, en el cielo eterno.
Mi vida ha sido,
soy carne y verbo, ya no más aire.

Un día especial

Desperté entre mis sábanas
inhalando un día especial,
no sé porque,
simplemente lo era.
El sol deslumbraba mis pies,
pocas veces como aquella,
ante un momento de 'tal vez'
y una sabrosa duda de ser.
Ser quien era y no más.
Me bastaba con verme presente
y sentirme a mis pies,
con el sol ahora en el rostro
y mi sombra cayendo.
Caía en la duda que
por supuesto quería tener.
Aquella de saberme y de ser.
Las sábanas resbalaron
cuando me puse de pie,
ante ese día especial,
ante el sol que brillaba.

No importa que dios sea

El universo es subjetivo, todo se basa en la percepción de quien lo vive y lo siente, no hay, por tanto, ninguna razón para visualizarlo como un conjunto de elementos sádicos en una desesperanzadora existencia, sino, por el contrario, poder exprimir todo lo bello de él, guiados por aquella experiencia suprema del cosmos que nos infunde energía para enfrentarnos a sean cuales sean los obstáculos que enfrentemos en la vida, esa energía omnipotente que algunos llaman Dios, otros Alá, entre muchos otros nombres que no importan, pues todos son el mismo y ese mismo es el poder universal que acobija la existencia de nuestro mundo y a todos los que lo habitan.

A partir de un artículo que escribí sobre Life of Pi: 

http://filmakersmovie.com/life-of-pi-una-bella-metafora-de-la-experiencia-cosmica/

Se esconde el olvido en donde no parece haber nada ni nadie, almas, pero no vivas, tampoco muertas. Almas que no nacieron y se olvidaron, se perdieron en donde nadie entra y no se ve.

Cuando el mar se acerca

Te reflejas en mis gafas,
en este día soleado con la playa a mis pies,
quisiera saber que hay en el agua del mar que
tus latidos se tornan más y más acelerados

¿Para qué pensarte nublada?
No tendría porque llover sobre nosotros
en estas imágenes borrosas del océano
durmiendo. Azul o transparente,
ya ni se si tiene color o solo así lo creo yo.

Soñaré contigo, con las bruscas olas,
con la espuma de sal perdida.
¿Por qué te siento lejos de mí?
Sé que estas ahí, conmigo asoleada.

Sé que estas ahí, pero no te veo.
Quisiera sentirte, pero estás distante,
estas presente, pero no para mí,
sí para el mar y  para el sol que asolea.

Para un futuro

Caminaba por la calle, 

no por una avenida bien cuidada 

y adecuadamente asfaltada, 

muy al contrario, dañada 

y con peligrosos baches a la deriva, 

encharcada por tanta lluvia de verano 

y calcinada por las altas temperaturas 

de las primeras horas de cada día.

Metros, kilómetros y distancias agotantes

que no podía concebir matemáticamente,

sabía que eran distancias, no se cuántas.

Determinaban mi camino y exigían mis pasos.

Esperaba llegar a dónde no sé que sería lo que encontraría, a un lugar lejano de aquellos recuerdos agrios de un pasado oscuro y áspero, a un olvido y a un futuro.

Despertamos

Desperté hoy sin querer, 

arrugado en mi cama,

con sábanas revueltas y cabello enmarañado. Viendo nubes correr y tanteando el tiempo que recorre veloz la sombras de flores, perros y el amargo café. Aquel que cae sobre mi muslo, ardiendo y con intenso olor a vida y a suave cotidianidad. Tan solo eso quiero hoy, no pido más que aquel recién pan horneado que siempre hemos comido y disfrutado al amanecer, cuando apenas despertábamos, revueltos entre sábanas y abrazados sin pensar, sólo por inercia y por que te quería y tu a mí también.

Verdades

En los escombros de una cruel realidad encontré una de tantas verdades, digo una porque existen muchas y no hay definitiva. Me respondí a mi mismo tantas preguntas que jamás había articulado, no para resolverlas inmediatamente, solo por el afán de cuestionarse y de saberse cuestionable. Las respondí subjetivamente, con mis verdades, tan solo las mía y no las de nadie, solo con mi imagen, mi vida y mis soles. Yo pido tan solo que no sean temporales, tampoco para siempre, simplemente que sean, aquí y ahora, en un universo neblinoso y concebido con tantas y tantas verdades, abstractas todas, ninguna falsa, tan solo palabras y frases que expresan lo que ya no se sabe.

Porque disfruto aquellos detalles.

Ráfagas

Para qué extenderme en palabras repentinas si sé que se perderán en aquel mundo de racionalizaciones desafinadas. Un mundo que piensa más de lo que ve y siente, nada existe ya en la inconstancia de la mente vaga, de tormentas pasadas.

Me concentraré tan sólo, por lo menos por ahora, en aquella ráfaga que soy y seré. No hablaré ya más. Para qué palabras si ya son insuficientes, seré tan sólo aquellas ráfagas que se sienten pero no se ven.

Sólo he pensado por ahora que jamás podré ser lo que nunca he querido ser, es el destino, es una sensación.

Palabras

Hay días que estas palabras que escribo,
que palpitan cerca de ti,
fluyen tan suavemente
por voces, mares y cielos.

Pero ¿Qué puedo decirte ahora?
si la palabra vive por sí sola,
la escribo porque me deja escribirla,
porque ella deja entintarse.

No puedo forzar ni al sol ni a la luna,
porque no soy dueño de nada,
escribo por ti, por las olas,
sin saber lo que es ni qué dice.

No soy dueño de nada,
 me atengo a una suerte,
a un destino, a un azar,
porque soy ahora y no soy más.

Tal vez

Para qué recordar aquellos tiempos en los cuales no importaba ni el día ni la hora.

Ya estamos aquí, por completo,

en una confusión de sabores, de soles.

Amarrados infinitamente al 'tal vez'

de mil caras y excesos temporales.

Fundido en ese mar, de grises y negros, escondido tan solo en tu mente.

Esa mente atrapada, de tanto tiempo  y espacio. No creas, sólo siente y no veas.

Ficción

Pensaba tan solo en momentos regados

en sombras ajenas y en cielos pasados.

En sonrisas, llantos y cantos,

cantos sobrios de pinos y robles.

Un momento fugaz, de pasiones,

de recuerdos robados y daños ajenos.

Equilibrando tan solo lo que de mí 

y de todos podría provenir.

Viviendo en fragmentos.

Inhalando colores y saboreando razones,

razones de ser y de estar,

de ficción, de bien y de mal.

Aquello

La mirada perdida de la perfección,
sentirse como bajo la sombra de un árbol,
atrapado en el cielo de tantas nubes
y hundido en los mares más negros de tu gris estancia.

Ya no miro tu boca roja, roja como la sangre,
como los tonos guardados de aquellas palabras que comimos
en un silencio interno tan vacío como el de tu rostro.
Ya no se siente como aquella primavera eterna.

Cada vez que camino me estrello al mundo,
taladro con mis pies la corteza de una fría superficie
tan banal y tan perecedera,
tan cruel y extraña pero ciertamente desajustada.

En este tiempo estático y en estas palabras
falsas, extraño cada día más aquello,
aquello de lo que no sé ni siento nada,
aquello que simplemente sé que era bello y ahí estaba.

Siendo fuegos.

Después de tanto desgaste, de tanta fricción, ya no sé si es que no me encuentro a mí mismo o es que simplemente ya no estoy.

Diálogo

Dialogué conmigo mismo. Me comuniqué sin palabras, sin movimiento y sin aire. Dialogué en silencio, estático, mediante la atinada intuición y la imprecisa e inconstante emoción. Por euforia e inercia, sin saber por qué ni preguntándome hacia donde me llevaría. Solo porque sí, porque sentía y quería.

Charlé por un buen rato, descubriendo nuevos placeres y enfrentando viejas iras. Recorriendo angustias, obsesiones y risas; angustias de la vida, más de la vida que de la muerte, de lo que hay más no de lo que no existe; obsesiones estúpidas pero insistentes, siempre ahí, estorbando ansiosas de aire y de vida; y risas pasadas, hermosas y ahogadas, escritas en recuerdos lejanos de luz y de rosas.

Más arriba.

Sombras

Son indecisas, las sombras, se mueven por instantes muy aceleradas y a veces se pasman, estáticas ante una realidad imperfecta y descontrolada. Siempre el movimiento y poca certeza, todo se tropieza, nada encaja en un momento tan ambiguo como aquel en el que sol se aparece y repentinamente hay luz, poca luz y mucha sombra.

Solo ahí

Solo sabremos vivir cuando todos nuestros sentidos se encuentren, en aquella instancia donde no sabemos como responder a los estímulos, reaccionar ante los suspiros, la tierra, el mar. Solo sabremos donde estamos cuando veamos desaparecer las formalidades más explícitas de la cotidianidad, cuando veamos el mundo en un auge universal, en una explosión, en un todo. Solo ahí.

No importa cómo, cuándo, dónde, la vida esta ahí, siempre.

Foto: Ana Jimena Sánchez Ruiz

Vino

Cayendo de nuevo ante el verano que azotó nuestros sueños hacia una eterna montaña de imposibilidades, de ilusiones quemadas, quemadas por aquel sol al cual tanto sonreíamos y sentíamos gracias a él cosquillas en la piel. Beberé de nuevo de aquellas uvas frescas del viñedo después de que sean pisadas, pisadas para ser vino y alcoholizado así me embriague de nuevo en aquel verano de imprecisiones y pesares.

Días lluviosos

Algún día salí de mi casa en un día lluvioso, fue en aquellos tiempos cuando el mar se sintonizaba con la costa, las olas rompían en las rocas de los faros más lejanos de las islas y las algas se enredaban en tus manos, arrugadas, arrugadas por tanto mar y tanta agua. No había días lluviosos en aquella primavera de sol intenso y aire fresco, aquellos vendrían en verano, por eso y por ti, recuerdo aquel día lluvioso.

Tan solo cielo y aire

En el cielo no sabemos lo que sufrimos ni pesamos. Vemos movimiento, sombras y luz, aire, nada tangible, solo ficciones, cuentos de la mente instruidos por el cuerpo y generados por la imaginación.

Espacio

Cuanto tiempo deberá pasar para que las estrellas aterricen en un fuego abrasador, en el calor más intangible de nuestros infieles deseos y razones. Estamos atrapados en la incertidumbre de sabernos dentro y tan lejos del espacio; el sol está allá, lejos, podemos verlo, pero sigue ahí, muy lejos.

Detalle

La historia de algo, de ti, de un alma, de un sueño,  está en los detalles.

Es tiempo de que todos nosotros nos fundamos en un abrazo tan fuerte que nos recuerde que la vida es para uno y el cielo para todos.

Siempre nos quedará la vida para recordar lo simpáticas y magníficas que eran nuestras escapadas hacia la fantasía. Te besé en mi ficción, rocé tu mano en mi imaginación. Solo me queda esto ahora: la realidad y tu cielo.

El Cuadro

Goteaba pintura del cuadro. Caía el rojo como sangre regada, el amarillo como tu pelo en la cama, desaliñado, brillante como el sol; el azul parecía permanecer estático, solo sabía que en algún momento se deslizaría hacia el suelo, dejando ver a la perfección su tono armónico en contraste a una realidad atroz.

Allá. Alto. Falso, pero alto, cerca de las nubes, en el aire.

La esencia

No creo que la respuesta de nuestro futuro o nuestra esencia esté en lo concreto o tangible. Hay que ver más allá de lo visible, imaginarse todo lo que no existe, lo que está en el aire, abstracto, perdido.

Memorias

Para que esperar lo que nunca llegará, lo que nunca fue nuestro ni de nadie. Tan solo creo hay que vivir sin pensar en aquello que tentamos, en todas las cosas que fantaseosamente anhelamos a nuestro lado. Simplemente vivir, vivir ansiosos, desesperados, en movimiento, nómadas. Olvidando el pasado, destruyendo las memorias y creyendo solo en lo que no esperamos.

Sol

Falta conciencia para poder concentrarme voluntariamente en el presente maldito. Olvidar hazañas y tragedias pasadas, tan solo para dejar de percibirlas, aunque sigan ahí, marcadas. Basta con alzar la vista y gozar del sol de ayer, hoy y mañana.

Porque todo está inmóvil

Todo está trabado, no hay ningún peso a la deriva, simplemente no hay respiro. La naturaleza de la precoz existencia de nuestro mundo agobia nuestra alma. Sí, somos felices; sí, respiramos. Estamos vivos, solo eso sabemos. Pero no logramos definir ni en que dimensión ni en que distancia infinita merodeamos, estamos perdidos, hartos, dolidos, temblando, con una sonrisa quizás, pero llamando "vida" a lo que no conocemos, nos encontramos paradójicamente  muertos, inmóviles en la superficie  ilimitada de nuestro  universo.

Quieres dar un paseo, oír música, sumergirte en la vibra de la ciudad. No creo que después de todo, estés destinado a la cama y la tele.

Dueños de nada

La gran decepción de la vida es la incertidumbre de tenerla, procurarla o perderla. No somos dueños de nada. Ninguno de nosotros (seres humanos) parecemos comprender la naturaleza de dicha tragedia. Nos sentimos controladores de la realidad inconstante que nos rodea.

Queridos lectores, quiero decirles algo personalmente: Desafortunadamente nuestra percepción de una supremacía sobre el orden natural de las cosas y causas es verdaderamente falsa ¡estúpida! ¿A quién se le ocurre pensar que regimos cierta autoridad ante una inmensidad de estrellas y flores? Nos han mimado demasiado. Se ha "desarrollado" tanto la humanidad, a tal grado que observamos ahora lo propio de una pintura, de un cuadro ficticio y enmarcado; mas no logramos ver que la realidad no esta encuadrada, está esparcida, derrumbada, derretida en el horizonte.

No pretende ser lo presente un ensayo pesimista, muy por el contrario, busca desprenderse de culpas rebuscadas. La realidad es lo que es, y lo que pasa en ella es ajeno a nuestras voluntades, ajeno a nuestra mirada perdida en el más infiel de nuestros rencores.

Los números y letras definen el paso de vida a través del tiempo; pero simplemente es imposible que puedan describirla, son tan solo símbolos muertos.

Un día que nadie podría definir como bueno o malo, uno de esos días que ves pero no oyes, duermes pero no comes; en algo hay un desequilibrio. Espero mañana sea diferente. Espero ver tele y oír música, echar un buen coyotito y una pizza de cuatro quesos.

Vida y Muerte (Una confusión sin razón ni fin)

No entiendo porque la confusión más grande que llegamos a tener como seres humanos es la de no saber como vivir. Tal pareciera que conocemos más la muerte que la vida, inclusive nos entendemos más con ella: nos intriga, nos asombra, nos aterra... ¡Todo! Sea cual sea la razón por la que la pensemos, siempre esta en nuestra mente.

La vida por otro lado es una costumbre, ya la conocemos, no nos da curiosidad, no nos carcome la idea de saber como es o qué tiene en si ¿Si tiene rábanos, agua, cielo, luz, sangre? Aunque cada vez qué me pregunto ¿Qué es la muerte? Me respondo lo mismo: "La ausencia de vida". No habría muerte sin vida. Quizás no se separan, quizás son lo mismo, revuelto en un juego de palabras y estados. La vida es muerte y la muerte fue vida.

Por la ventana

Veía por la ventana.
La sensación de vértigo la calmaba,
la sensación de caer la controlaba.
Todo se veía, todo atraía, todo se culminaba en  un éxtasis de colores y formas:
el cielo, las nubes, los coches, los todos, los monstruos.
Era un placer sentirse en el espacio,
ver desde lo alto,
sintiéndose caer, 
todavía flotando.

Creo que dada la complejidad de nuestra breve existencia, todos los colores tienen su presencia.

Un latido

Ve tu fantasía.
Tu mirada esta perdida, perdida en un universo incomprendido.

Siente la calma,
la calma del pasto, del cielo inangustiado.

Piensa en la frase,
la letra de tus cantos, celosos de mi búsqueda en la más profunda de las notas.

Un ciego, una imagen. Un sonido, un sordo. Una incomprensión absoluta de una realidad asfixiante y opresora. Una constante sensación de desintonización de simbolismos, de miradas, de tu rostro, de tu encanto, de tus manos perdidas en la arena tratando de rozar las mías.

Ante la corriente nos ahogamos, podemos trotar, no correr. Estamos atorados en un mundo de lastres insignificativos. No podemos escapar de lo conocido, no podemos volver al mundo que nos atrapó la mente y el corazón.

Siempre es un buen día para recordar el sol que ya no podemos ver.

La música de tus palabras envuelve nuestros besos.

Fundirse en el alma,
desprenderse del cuerpo,
adentrarse en lo que solo
tu, yo y el sol puede ver.

Hay que imaginar más

La aburrición es un defecto de nuestra imaginación.

Color para el universo

Con el paso de tiempo, el verde del pasto me parece más intenso. El azul del cielo más sutil. El sonido del agua más armónico. Las personas más alegres.

Hay belleza en todos lados, belleza singular. Falta la chispa que une a todo en una sinfonía de colores, en una esplendorosa explosión de sensaciones

La ilusión nos incomprende

Despertando ante la ilusión de la vida.

Quería trasladar mi blog a un nuevo mail, mismo en el cual compartía todas mis páginas. Me di cuenta de que a menos de que estructurara mis pensamientos y expresiones en un solo ente, me vería perdido en el caos.

El Sol

El sol se esconde cuando más deseamos verlo. Brilla ante nuestros ojos cuando él mas desea ser visto.

A diferencia de las películas, no hay un guión para nuestras vidas. A cada momento hay que escribir nuestros diálogos para definir nuestra historia.

Bello

Hablemos del amor, de la vida. Siempre hay una palabra más bella que la que usamos, debemos buscarla para tras esta búsqueda encontrar en nosotros esa belleza.

Todo es más sencillo cuando lo imaginamos, la situación se trastorna cuando vivimos, cuando la respiramos.

Color on the Walls

Siempre podemos desparramar color por donde sea.

Inspiración

Llevaba ya un buen rato sin comentar o publicar algo. Hace un tanto que mi tinta no manchaba estas hojas en busca de un mensaje o un poema.

La inspiración es voluble, invisible, se desaparece y se viaja, se esconde y se encanta. La mente, sobrevalorada, puede escribir, interpretar y crear. Sin el corazón jamás podrá sentir, sin el alma cantar ni las olas tocar. Solo la espera, la paciencia y la consistencia, podrán hallar más allá de la fuerza el amar, el vivir.

Tanto casancio de ver, de escondernos, nos metemos debajo del manto de la oscuridad y cegando miles de sonrisas, nos ahogamos, en el lodo, en la mugre de una oscuridad inducida, innata y casi ficticia, inexistente, solo presente en nuestras mentes.