24 de mayo de 2014

Incierto

Nunca fui de sentir temor, ni vértigo, ni cosquilleo, ni nada.
Pero algo me aterraba.

Conforme pasaban las horas me hacía más pesado,
me colgaba el pulso y se me cortaba la respiración.

La luna, las estrellas y la brisa eran perfectas;
jamás sentía temor, ni vértigo, ni cosquilleo, ni nada por ellas.
Aunque algo me aterraba
y nunca supe qué era.

Pudo haber sido el pasado, con todas sus memorias y penas;
o quizás el presente, con sus prisas y burdas formas de ver y de ser;
tampoco niego la posibilidad del futuro, con sus torpes ansias y ambigüedades.

Sólo sé que era algo y que ahí estaba.
Ya no lo siento, pero sé que volverá.
Volverá para aterrizar en lo más profundo de mi corazón incierto
 y de mi eterno sufrimiento.


5 de mayo de 2014

A veces se siente como si nada fuera a acabar; en algunos casos resulta placentero, en otros simplemente aterrador.