Solo ahí

Solo sabremos vivir cuando todos nuestros sentidos se encuentren, en aquella instancia donde no sabemos como responder a los estímulos, reaccionar ante los suspiros, la tierra, el mar. Solo sabremos donde estamos cuando veamos desaparecer las formalidades más explícitas de la cotidianidad, cuando veamos el mundo en un auge universal, en una explosión, en un todo. Solo ahí.

No importa cómo, cuándo, dónde, la vida esta ahí, siempre.

Foto: Ana Jimena Sánchez Ruiz

Vino

Cayendo de nuevo ante el verano que azotó nuestros sueños hacia una eterna montaña de imposibilidades, de ilusiones quemadas, quemadas por aquel sol al cual tanto sonreíamos y sentíamos gracias a él cosquillas en la piel. Beberé de nuevo de aquellas uvas frescas del viñedo después de que sean pisadas, pisadas para ser vino y alcoholizado así me embriague de nuevo en aquel verano de imprecisiones y pesares.

Días lluviosos

Algún día salí de mi casa en un día lluvioso, fue en aquellos tiempos cuando el mar se sintonizaba con la costa, las olas rompían en las rocas de los faros más lejanos de las islas y las algas se enredaban en tus manos, arrugadas, arrugadas por tanto mar y tanta agua. No había días lluviosos en aquella primavera de sol intenso y aire fresco, aquellos vendrían en verano, por eso y por ti, recuerdo aquel día lluvioso.

Tan solo cielo y aire

En el cielo no sabemos lo que sufrimos ni pesamos. Vemos movimiento, sombras y luz, aire, nada tangible, solo ficciones, cuentos de la mente instruidos por el cuerpo y generados por la imaginación.

Espacio

Cuanto tiempo deberá pasar para que las estrellas aterricen en un fuego abrasador, en el calor más intangible de nuestros infieles deseos y razones. Estamos atrapados en la incertidumbre de sabernos dentro y tan lejos del espacio; el sol está allá, lejos, podemos verlo, pero sigue ahí, muy lejos.

Detalle

La historia de algo, de ti, de un alma, de un sueño,  está en los detalles.