23 de abril de 2013

Dueños de nada

La gran decepción de la vida es la incertidumbre de tenerla, procurarla o perderla. No somos dueños de nada. Ninguno de nosotros (seres humanos) parecemos comprender la naturaleza de dicha tragedia. Nos sentimos controladores de la realidad inconstante que nos rodea.

Queridos lectores, quiero decirles algo personalmente: Desafortunadamente nuestra percepción de una supremacía sobre el orden natural de las cosas y causas es verdaderamente falsa ¡estúpida! ¿A quién se le ocurre pensar que regimos cierta autoridad ante una inmensidad de estrellas y flores? Nos han mimado demasiado. Se ha "desarrollado" tanto la humanidad, a tal grado que observamos ahora lo propio de una pintura, de un cuadro ficticio y enmarcado; mas no logramos ver que la realidad no esta encuadrada, está esparcida, derrumbada, derretida en el horizonte.

No pretende ser lo presente un ensayo pesimista, muy por el contrario, busca desprenderse de culpas rebuscadas. La realidad es lo que es, y lo que pasa en ella es ajeno a nuestras voluntades, ajeno a nuestra mirada perdida en el más infiel de nuestros rencores.


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