8 de octubre de 2013

Para un futuro

Caminaba por la calle, 
no por una avenida bien cuidada 
y adecuadamente asfaltada, 
muy al contrario, dañada 
y con peligrosos baches a la deriva, 
encharcada por tanta lluvia de verano 
y calcinada por las altas temperaturas 
de las primeras horas de cada día.

Metros, kilómetros y distancias agotantes
que no podía concebir matemáticamente,
sabía que eran distancias, no se cuántas.
Determinaban mi camino y exigían mis pasos.

Esperaba llegar a dónde no sé que sería lo que encontraría, a un lugar lejano de aquellos recuerdos agrios de un pasado oscuro y áspero, a un olvido y a un futuro.

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