No hay nada como los muchos detalles que definen a una persona: su forma de hablar, de sonreír, de intuir, de pensar, de abrazar, de correr, de sudar, de escuchar, de cantar. Aunque sigo pensando que, a pesar de todas esas bonitas virtudes, la verdadera belleza reside siempre en la sencillez de su espíritu.
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