29 de julio de 2012

Sin

La sangre, la mugre, el dolor, la oscuridad.
Inevitablemente guiados eternamente a un camino lodoso,
sin superficie fija, sin estructura sólida. Débil, voluble.

La vida es sufrimiento, si no es que vivimos verdaderamente en el segundo
antes que en el primero. Hay metas, retos, siempre estúpidos, temporales.

No el final, no la gloria como guía de la felicidad, de la estabilidad.
Básica y dolorasemente la supervivencia un antídoto, el mejor mal un sentido.
Quizás, en el universo, la incomprensión nuestro golpe, el miedo nuestra cuerda,
eterna. Destinados a amarrarnos a la vida para, estupidamente, no caer.

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