Ya no puedo salir,
estoy estancado entre tu mirada y el instante.
Se ha resbalado todo,
desde entonces y desde ahora, que ya es de noche.
Solo el cielo es infinito.
Por lo menos ahora que me sé solo y muerto.
Ya no existo,
sí en cuerpo, en lengua y verbo, ya no en el resto.
Se ha apagado todo,
el brillo y lo fresco de todo lo cierto.
Me sé muerto,
condenado a reconocerlo.
Me siento muerto,
todavía en tu realidad, en el cielo eterno.
Mi vida ha sido,
soy carne y verbo, ya no más aire.
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