Cayendo de nuevo ante el verano que azotó nuestros sueños hacia una eterna montaña de imposibilidades, de ilusiones quemadas, quemadas por aquel sol al cual tanto sonreíamos y sentíamos gracias a él cosquillas en la piel. Beberé de nuevo de aquellas uvas frescas del viñedo después de que sean pisadas, pisadas para ser vino y alcoholizado así me embriague de nuevo en aquel verano de imprecisiones y pesares.
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