Hay días que estas palabras que escribo,
que palpitan cerca de ti,
fluyen tan suavemente
por voces, mares y cielos.
Pero ¿Qué puedo decirte ahora?
si la palabra vive por sí sola,
la escribo porque me deja escribirla,
porque ella deja entintarse.
No puedo forzar ni al sol ni a la luna,
porque no soy dueño de nada,
escribo por ti, por las olas,
sin saber lo que es ni qué dice.
No soy dueño de nada,
me atengo a una suerte,
a un destino, a un azar,
porque soy ahora y no soy más.
Wow hermano!
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